Con la llegada de la primavera, es habitual la preparación de semilleros, así como trasplantar aquellas plantas que lo están demandando. Aplicamos abono a las plantas para promover su floración y nuestros bulbos ya asoman en las jardineras. Pero, ¿qué sucede con el césped?¿qué cuidados requiere ahora con el inicio de la primavera?

Ante todo, y teniendo en cuenta el inicio climatológico abrupto con el que hemos comenzado la estación, un consejo: espera que el tiempo se estabilice para proceder con todo lo que tenemos que contarte.

Hoy, en el blog de Rocalba, abordamos cómo poner a punto el césped esta primavera para que cuentes con un precioso manto verde sobre el que disfrutar de la estación cálida.

Si ya cuentas con césped en el jardín…

Las tareas de mantenimiento que debemos llevar a cabo durante la primavera no son las mismas que cuando sembramos césped desde cero. En el caso de que ya cuentes con tu manto verde en el jardín, hay una serie de cosas que deberemos tener en cuenta.

¿Has hecho los deberes este invierno con el césped?

Para que durante la primavera el mantenimiento del césped sea más sencillo, conviene haber mantenido el césped durante el invierno: segar a una altura más elevada (por encima de los 5 cm), retirar periódicamente con un rastrillo las hojas, raíces y residuos que se acumulan sobre él, minimizar o reducir el abonado y el riego.

Consejos para la resiembra y puesta a punto

Una vez finalice la ola de borrascas que está afectando a toda la península, en mayor o menor medida, esperaremos a que salga el sol y a que el césped deje de estar empapado y encharcado.

Será entonces el momento, tal y como has hecho durante el invierno, de retirar hojas, raíces secas y otros residuos y de rastrillar el suelo afectado por calvas hasta una profundidad de 15 centímetros. Recomendamos, durante el proceso, mezclar la tierra con turba o mantillo.

Una vez rastrillado, lo ideal es nivelar el área afectada a la altura del césped de alrededor.

Para cubrir las calvas, una vez tratada la tierra adecuadamente, es el momento de escoger la mezcla de semillas para la resiembra, para lo que recomendamos dos opciones: esparcir una mezcla apropiada para la resiembra, como la Fórmula Resiembra de Rocalba, o utilizar la misma mezcla de semilla ya implantada en el jardín.

Tras esparcir la semilla (puedes hacerlo manualmente o con un esparcidor), añade una ligera capa de recebo para césped sobre la tierra, asegurando que no supere los 2 mm.

Es el momento de alisar y apisonar ligeramente el terreno para posteriormente regar a modo de lluvia fina, sin encharcar, entre dos y cuatro veces al día: tendrás que evitar que el suelo afectado se seque por completo hasta que las semillas germinen.

Pero tranquilos, que esta frecuencia de riego es temporal y podrás disminuirla cuando la planta haya alcanzado una altura de entre 2 y 5 cm. ¿El objetivo? ir acostumbrando a la planta a riegos más espaciados, pero más profundos, para favorecer un buen desarrollo radicular.

Si vas a sembrar césped por primera vez…

Si te dispones a sembrar por primera vez en el jardín, en primer lugar debes conocer qué mezcla es la más adecuada para ti en función del clima en el que habitas (mediterráneo, atlántico, continental, etc.). Si tienes dudas, puedes consultar “El mejor césped para sembrar en tu jardín”.

En segundo lugar, conviene planificar bien el proyecto. Si vas muy perdid@, lo ideal es consultar con un profesional que te pueda aconsejar al respecto. Es en este momento cuando se calcula la superficie que deseamos cubrir.

Como ya hemos seleccionado el tipo de mezcla más adecuada para nuestro clima, ahora toca pensar en el uso que queremos darle al césped, algo que nos facilitará la decisión final.

Y ahora, con nuestra mezcla seleccionada y calculados los metros cuadrados, es el momento de preparar el suelo para la siembra, eliminando las malas hierbas, alisando los desniveles y añadiendo a la tierra los nutrientes necesarios para fomentar una buena germinación y desarrollo.

Al igual que con la resiembra, puedes realizar el proceso a mano o empleando un esparcidor, que conseguirá una distribución más uniforme, y no olvides mantener la humedad como haces con los semilleros, hasta que las semillas hayan germinado y se hayan convertido en plantitas de unos 3-4 cm.

Disfruta de un césped de primera división siguiendo los pasos y empleando semillas de césped de gran calidad para garantizar la germinación y un verde intenso.

¡Nada como disfrutar de un buen césped cuando arranca la primavera!