Cultivar verduras de hoja verde en un invernadero es una excelente manera de mantener el huerto activo durante los meses fríos. Estas plantas ocupan poco espacio, crecen rápido y, con una protección mínima, pueden ofrecer cosechas continuas incluso en invierno. Además, el invernadero ayuda a resguardar los cultivos del frío, la lluvia y plagas como las babosas.

Aunque en verano las temperaturas elevadas pueden ser un reto, el otoño y el invierno son estaciones ideales para el cultivo bajo cubierta.

En este artículo, hablaremos de la espinaca y la lechuga, de cómo toleran bien las bajas temperaturas, siempre que estén protegidas de las heladas.

La espinaca no teme al invierno

La espinaca es una hortaliza muy apreciada por su sabor delicado y su riqueza en hierro, vitaminas y minerales. De cultivo sencillo, se adapta bien a las siembras de otoño y primavera, cuando otras verduras escasean.

Aunque durante el invierno su crecimiento se ralentiza, su resistencia la convierte en una excelente opción para los meses fríos. En zonas con heladas intensas, basta con cubrirla mediante un túnel o una lona de polietileno para mantenerlo en buen estado.

Las espinacas prosperan en ambientes frescos y húmedos, evitando el calor excesivo y la sequía. Se pueden sembrar a finales del invierno tanto en jardines como en macetas, y también funcionan bien en pequeños invernáculos o cajas de cultivo. Entre las variedades más resistentes destacan Gigante de Invierno, capaz de soportar temperaturas de hasta -5 °C , Monstruosa de Viroflay y la Sevilla.

Lechuga: porque siempre es temporada de ensalada

Sembrar lechuga en casa, ya sea en el huerto o en el balcón, permite disfrutar de un sabor más fresco y natural que el de las variedades comerciales. Rica en agua, vitaminas A y C y sales minerales, es una de las hortalizas más agradecidas del invierno.

Aunque suele considerarse una planta sensible al frío, lo cierto es que muchas variedades de lechuga son sorprendentemente resistentes. Las de hoja suelta, por ejemplo, toleran mejor las bajas temperaturas que las de tipo cogollo, ya que evitan la acumulación de agua en el centro, lo cual reduce el riesgo de congelación.

En climas fríos se puede cultivar en interior o en invernaderos con calefacción ligera. En zonas templadas, un mini invernadero tipo túnel es suficiente para proteger las plantas jóvenes, que pueden resistir temperaturas de hasta -12 °C. Además, durante la fase vegetativa es posible cosechar hojas tiernas para ensaladas más suaves.

Variedades rocalba recomendadas para el invierno:

Si no dispones de un invernadero, puedes experimentar con mezclas de semillas para descubrir qué variedades se adaptan mejor a las condiciones de tu huerto.

Cuando el huerto se abriga, la cosecha no se detiene

Tener un pequeño invernadero permite seguir disfrutando del huerto en pleno invierno. Espinacas y lechugas son hortalizas resistentes, de fácil cultivo y crecimiento rápido, que aseguran un toque verde y fresco en la mesa todo el año.
Con una buena planificación y un rincón bien protegido, el invierno puede transformarse en una temporada ideal para disfrutar de verdura fresca a diario.