El otoño es el escenario ideal para seguir cosechando tu huerto, ya sea en un jardín o desde un balcón. Eso sí, requiere una buena planificación y la elección sobre qué sembrar en otoño en nuestro huerto. 

Este periodo permite obtener cosechas tardías de gran calidad y, al mismo tiempo, realizar la preparación para el invierno. En esta estación, comienzan a bajar las temperaturas, la humedad es más estable y hay menor probabilidad de plagas, el otoño se convierte en un aliado para nuestro huerto. 

Por qué sembrar en otoño

Sembrar en otoño significa trabajar con el clima a favor. El suelo conserva mejor la humedad, los golpes de calor son menos frecuentes y el crecimiento es más equilibrado. Planificar ahora qué sembrar en otoño asegura continuidad de cosecha y un terreno sano para la próxima estación.

Hortalizas de hoja resistentes al frío

Las hortalizas resistentes al frío son aliadas perfectas cuando el termómetro comienza a descender. Su capacidad de adaptación a temperaturas bajas y a días con menos horas de luz las convierte en un recurso fundamental para mantener la productividad del huerto durante el otoño. Es fundamental planificar bien nuestro huerto de otoño y seleccionar variedades de crecimiento rápido, una producción constante y la posibilidad de cosechar de manera escalonada. 

Espinacas: la reina del frío en tu huerto

Las espinacas agradecen un suelo fresco y permiten una recolección continúa cortando las hojas exteriores. Con siembras escalonadas cada dos o tres semanas puedes mantener un suministro constante durante todo el otoño. Además de su rapidez, ofrecen un rendimiento elevado en un espacio reducido, por lo que son ideales para cultivar en balcones o terrazas. 

La espinaca monstruosa de Viroflay es una variedad de crecimiento muy rápido y muy productiva que produce grandes hojas de color verde oscuro, brillantes y carnosas. Por otra parte, también podemos optar por la espinaca gigante de invierno, una variedad de gran desarrollo con hojas abundantes de gran tamaño. 

Acelga: tradición y resistencia en tu huerto

La acelga destaca por ser una planta rústica que se adapta muy bien al frío. A partir de los cincuenta o sesenta días desde la siembra, las pencas exteriores pueden cortarse y la planta rebrota con fuerza, lo que garantiza una producción constante durante los meses más fríos del año. Además, su versatilidad culinaria la convierte en una elección segura para tu huerto de otoño. 

La acelga verde de penca blanca ancha es una variedad de numerosas hojas grandes y de color verde oscuro. Su penca blanca ancha es muy carnosa y nutritiva. La acelga roja Rhubarb Chard es una variedad de penca de color rojo brillante muy apreciada por su delicioso sabor, además de por su valor ornamental. 

Kale: el superalimento que adora el frío

El kale o col rizada muestra un comportamiento excelente con el inicio de las bajas temperaturas e incluso mejora el sabor de sus hojas después de las primeras heladas. Ayudándote de un acolchado orgánico (o mulching), conservarás la humedad y limitarás el crecimiento de las hierbas no deseadas. 

El kale se ha ganado el reconocimiento como superalimento gracias a su aporte nutricional. Sus hojas concentran altos niveles de vitaminas A, C y K, además de minerales como calcio, hierro y magnesio, imprescindibles para una dieta equilibrada. También aporta fibra y antioxidantes naturales. Por todo ello, cultivar kale en otoño no solo asegura una planta resistente al frío, sino también un alimento de gran valor en nuestra alimentación.

Raíces y tubérculos para cosechas tardías

Las raíces aprovechan la humedad otoñal para desarrollarse con uniformidad, logrando cosechas más jugosas y con una mejor conservación. El clima fresco favorece que crezcan de forma más equilibrada, homogénea y mejorando su sabor. Son cultivos que, además, se adaptan bien a suelos previamente trabajados y enriquecidos, lo que permite sacar partido al espacio disponible en el huerto. Elegir variedades adecuadas y planificar la rotación de cultivos son pasos clave para asegurar un buen rendimiento durante esta estación.

Zanahoria: dulzura y color en tu huerto de otoño

La zanahoria es uno de los cultivos estrella del otoño. En suelos sueltos y bien trabajados son capaces de desarrollar raíces rectas, sabrosas y de gran dulzor. Además, tienen la ventaja de poder mantenerse en el terreno hasta su recolección, lo que permite disfrutar de una cosecha escalonada y fresca durante todo el otoño.

La zanahoria Amsterdam es una variedad muy precoz de hasta 16cm de largo con un follaje corto y fino que te permite tener cosecha durante todo el año. ¿Conoces la zanahoria parijse markt? Es una variedad de mini zanahorias, muy precoz y pequeñas, casi esféricas, ideales para un consumo directo. 

Nabos: tradición renovada en el huerto de otoño

Los nabos se desarrollan especialmente bien en climas frescos, lo que los convierte en un cultivo muy apropiado para el otoño. Su crecimiento es rápido y agradecen suelos sueltos y bien drenados. Con una siembra escalonada podrás disfrutar de raíces tiernas y de sabor suave durante buena parte de la temporada fría, siendo además una excelente opción para recuperar cultivos de hortalizas tradicionales. 

Descubre el nabo negro azucarado, una variedad precoz y muy productiva, con piel oscura y carne firme y dulce que lo convierte en un cultivo tan vistoso como sabroso. 

Remolacha: color y sabor resistentes 

La remolacha es un cultivo muy versátil que permite un doble aprovechamiento: sus raíces aportan color y dulzor a numerosos platos, mientras que las hojas tiernas pueden disfrutarse frescas en ensaladas. Su cultivo es sencillo siempre que se eviten abonados excesivos en nitrógeno y se mantenga una regularidad en los riegos para favorecer un desarrollo equilibrado.

La remolacha de mesa detroit de agricultura ecológica es ideal para sembrar directamente en el terreno definitivo, mostrando una gran adaptación a las temperaturas más frías y ofreciendo raíces de excelente sabor y calidad. 

Cultivos de larga duración para cosecha invernal

Existen cultivos de larga duración que se implantan en otoño y se cosechan en invierno o al inicio de la primavera. Su siembra en esta época permite que se establezcan con firmeza antes de la llegada del invierno, aprovechando la humedad y la suavidad inicial del clima. Al tratarse de especies rústicas y resistentes, ofrecen una garantía de continuidad en la huerta, aportando alimento cuando otras hortalizas han completado ya su ciclo.

Ajo: un cultivo robusto para el otoño y el invierno

El ajo es uno de los cultivos de larga duración más confiables a la hora de planificar nuestro huerto en otoño. Su siembra en esta estación permite obtener un cultivo que no solo aporta un producto esencial en cocina, sino que también permite una cosecha escalonada y una conservación prolongada, manteniendo su calidad incluso meses después de recolectado.

El ajo morado con su característico tono violeta y aroma delicado, aporta un valor extra al nuestro huerto otoñal. Este cultivo destaca por su sabor equilibrado y su adaptabilidad a climas frescos, manteniendo una excelente conservación. Ideal para quienes buscan calidad gourmet en su cocina. 

Habas: productividad en pequeños espacios

Las habas, además de tolerar bien el frío, aportan un valor añadido al huerto porque fijan nitrógeno en el suelo, mejorando la fertilidad y preparando el terreno para el cultivo siguiente. Además, no es necesario disponer de un gran huerto para cultivarlas: las habas también se adaptan bien a macetas y jardinerasprofundas, siempre que tengan al menos 25-30 cm de altura y un sustrato fértil y bien drenado. Con buena exposición solar, riego regular y un soporte o tutor que ayude a mantenerlas erguidas, podrás disfrutar de una cosecha interesante incluso en terrazas y balcones, convirtiendo a las habas en una opción versátil para cualquier espacio de cultivo.

Las habas de la variedad muchamiel selección extratemprana destacan por su ciclo de producción más precoz y homogéneo, por lo que las convierte en una opción idea para sembrar en otoño en nuestro huerto. 

Cebolla: un básico imprescindible en nuestras recetas

La cebolla es un ingrediente básico en la mayoría de las recetas de nuestra cocina y, además, un cultivo fundamental en la huerta de otoño. Dependiendo de la variedad, puede sembrarse o trasplantarse en esta estación para obtener una cosecha en primavera. Con un control adecuado de las hierbas y un buen secado tras la recolección, se garantiza una conservación prolongada y de gran calidad.

Para nuestro huerto, te recomendamos la cebolla morada de Amposta produce raíces de gran tamaño de gran sabor. O también, los calçotsuna cebolla parecida en aspecto a los puerros, de entre 15 a 25 centímetros de largo, y se consumen a finales de invierno o principio de primavera, con salsa romesco, toda una tradición gastronómica en la zona de Cataluña. 

La preparación de nuestro huerto para el invierno es imprescindible en las siembras otoñales. Una rotación bien planificada, que alterne distintas familias botánicas, contribuye a limitar plagas y enfermedades y favorece un uso equilibrado de los nutrientes del suelo.

Elegir bien qué sembrar en otoño permite mantener el huerto en producción, disfrutar de cosechas tardías y preparar el terreno para las cosechas de las próximas estaciones.