Unos meses atrás abordamos aquellos macronutrientes esenciales para que nuestras verduras, hortalizas y aromáticas crecieran sin deficiencias. En el artículo os hablamos de la diferencia entre macro y micronutrientes para centrarnos en los primeros, aquellos que requieren de concentraciones superiores al 0,1% de la materia seca.

Hoy, sin embargo, vamos a hablar sobre sus hermanos pequeños, los micronutrientes, los cuales, aunque en menores concentraciones, en sus cantidades adecuadas son fundamentales para el buen desarrollo de las plantas y para conseguir una cosecha con buen rendimiento.

El estudio durante años de la nutrición vegetal ha permitido conocer en mayor profundidad el papel que tienen los micronutrientes en las plantas, un mecanismo complejo, debido a que están relacionados con procesos fundamentales en las plantas, actuando de forma conjunta con otros micro o macronutrientes.

Por ello, una deficiencia, por ejemplo, en Zinc, afecta directamente a la absorción de Nitrógeno y Fósforo por parte de la planta, una buena razón para garantizar que nuestras plantas cuenten con todos los nutrientes que necesitan.

¡Comenzamos!

Boro (B)

El boro interviene en el transporte y metabolismo de los azúcares y en su desarrollo reproductivo, así como en la integridad estructural de las paredes celulares, por lo que es fundamental que tenga el aporte adecuado durante la floración, algo que mejorará el cuaje de los frutos. Podrás detectar su deficiencia por una reducción visible de la floración y una malformación de los nuevos brotes.

Cobre (Cu)

El cobre tiene un importante papel en el proceso de la fotosíntesis, así como en la formación de vitaminas (especialmente la A), con lo que garantiza una síntesis correcta de las proteínas. Su deficiencia se hace visible a través de la clorosis y rizado de hojas jóvenes, necrosis de yemas, brotes y hojas, que experimentan una ramificación extrema con reducción de la dominancia apical (la del brote principal).

Hierro (Fe)

El hierro es clave en la síntesis de clorofila y en el transporte de energía, favoreciendo la fijación del Nitrógeno. Es también importante para el desarrollo del punto de crecimiento en las raíces. Notarás su deficiencia a través de la decoloración a verde claro, amarillo o incluso blando entre las venas de las hojas jóvenes.

Manganeso (Mn)

Su presencia influye positivamente en el calibre y madurez de los frutos, aportándoles hidratos de carbono y azúcares. Activa las enzimas y es un constituyente estructural de los ribosomas de las células. Es clave en la generación de clorofila e incrementa la disponibilidad de fósforo y calcio para la planta. Aunque es un problema poco común, su deficiencia se identifica a través de una clorosis en las hojas más jóvenes, que pueden derivar en marrones en fases avanzadas, algo que suele deberse a un exceso de Hierro o a niveles de pH elevados en el sustrato.

Molibdeno (Mo)

Se encuentra en las enzimas, que convierten los nitratos en bases estructurales para la formación de proteínas en la planta. Es fundamental para determinadas hormonas de ésta. Ayuda también a mejorar la metabolización del Nitrógeno. Su deficiencia se detecta de forma distinta en hojas jóvenes y adultas: en las jóvenes observarás una malformación de las hojas acompañada de un amarilleamiento (en ocasiones internervial), que pueden necrosar desde sus márgenes en estadios más avanzados.

Zinc (Zn)

Interviene en la producción de auxinas, hormonas vegetales que regulan el crecimiento de las plantas, siendo también parte de la base estructural para las enzimas. Un retraso en el crecimiento de la planta suele ser la forma más sencilla de identificar esta carencia, acompañado de manchas cloróticas en las hojas jóvenes.

Hemos descrito los principales micronutrientes de las plantas, aunque lo cierto es que, en menor medida, otros elementos como el Cloro, el Cobalto y el Níquel pueden ayudar, en una dosis mínima y determinada, en ciertos procesos de la planta.

Una vez dominada la presencia de macronutrientes en su justa medida en las verduras y hortalizas de tu huerta, podrás prestar atención a la presencia de los micronutrientes, y es que en el mundo de la horticultura todo suma, y cada detalle que tengas en cuenta será positivo para garantizar una cosecha abundante y de calidad.

Desde Rocalba te animamos a disfrutar aprendiendo cada día cosas nuevas para enriquecer tu huerto, incorporando conocimientos, técnicas y nuevos cultivos con los que pasarlo en grande cultivando tus propios alimentos. ¡El mundo del huerto no tiene fin!