La llegada del otoño implica una mayor inestabilidad meteorológica y la eterna pregunta de ¿qué me pongo hoy? De hecho, lo que comienza con un día tranquilo y soleado puede finalizar con un enorme chaparrón.

Lluvias que pueden durar horas e incluso días y que nos inquietan cuando contamos con el coche aparcado en la calle o cuando contemplamos cómo los charcos van inundando nuestro jardín a medida que pasan las horas.

Es en ese momento cuando comenzamos a preocuparnos por el césped del jardín. ¿Se habrá inundado demasiado? ¿tendré que renovarlo completamente? Pues todo depende de varios factores, y hoy, en el blog de Rocalba, vamos a repasar cada uno de ellos.

El buen drenaje del terreno, fundamental para evitar inundaciones

En primer lugar, y quizá lo más importante, es el factor de la prevención. Y es que, en el momento de planificar el espacio destinado al césped en el nuevo jardín, habrá que tener en cuenta:

  • El nivel del terreno: un espacio desnivelado significa que, ante una buena tormenta, el agua se acumula en la zona más baja del jardín, que es la que tenderá a inundarse. Lo mismo sucederá si nuestro terreno cuenta con concavidades que retienen el agua de lluvia.
  • El drenaje de la tierra: que la tierra esté preparada para absorber una buena cantidad de agua nos quitará unos cuantos dolores de cabeza ante una tormenta. Para ello es fundamental conocer el tipo de suelo que tienes en el jardín, para saber si debes añadir tierra arcillosa, tierra seca o sustrato específico para césped.
  • La especie de césped empleada: no todas las especies de césped soportan bien la lluvia y las inundaciones. Dependiendo de si vives en un clima frío o cálido, tendrás que seleccionar unas mezclas de semillas de césped u otras.

Mi césped se ha encharcado: evaluación inicial de los daños

Sin embargo, incluso con una buena prevención, la naturaleza es impredecible, y con el avance del cambio climático, cada vez más. Por ello, vamos a ponernos en esa hipotética situación en la que nos encontramos en una zona en la que ha llovido casi ininterrumpidamente durante 3 días y nuestro sistema de drenaje no ha podido absorber la gran cantidad de lluvia.

Por fin ha dejado de llover, así que nos disponemos a evaluar los daños, cuanto más rápido mejor, pues el tiempo, cuando se trata de césped inundado, no juega precisamente a nuestro favor: si nuestro césped permanece sumergido entre 4 y 6 días será muy difícil recuperarlo.

En primer lugar, observaremos la zona inundada, para comprobar si las hebras de césped están completamente sumergidas o si la inundación es parcial y podemos divisar la mayor parte de las puntitas de las hebras sobre el agua. Si observamos el segundo supuesto, la esperanza de recuperar el césped será mayor, pues las hebras, al menos, habrán tenido acceso a un mínimo de luz y oxígeno como para sobrevivir.

Por otro lado, es importante matizar si la tormenta tiene lugar en verano o en invierno, pues el agua cálida de las tormentas veraniegas perjudica más al césped que el agua fría. Con lluvia cálida o templada, el césped es más susceptible de desarrollar enfermedades, especialmente fúngicas, así como de soportar un mayor estrés.

¿Cómo actuar ante el césped encharcado?

Lo primero y principal es que se seque la zona encharcada. Puedes ayudar a achicar el agua con cualquier método que no dañe más el terreno, o simplemente esperar a que salga el sol y se evapore gran parte del agua.

Si has evaluado los daños en base a lo que te hemos comentado en el apartado anterior, y has llegado a la conclusión de que los daños son reparables, es momento de aplicar un abonado de fondo que pueda estabilizar a la planta del estrés sufrido sin “atiborrarla” ni estresarla de más.

Otra buena opción es el escarificado y aireado, pues esto ayudará a que el agua restante infiltre mejor en el suelo y a que las hebras vuelvan a obtener una buena cantidad de oxígeno, un elemento que no han absorbido con suficiencia durante la inundación.

Por último, y antes de que llegue el frío invernal, puedes aprovechar para realizar una resiembra, especialmente en aquellas zonas que han quedado más dañadas o que presentan calvas.

¿Sabías que en Rocalba contamos con diversas mezclas semillas de césped adaptadas a distintos climas y usos? Pregunta en tu centro de jardinería de confianza y apuesta por la calidad para conseguir un césped resistente, denso y saludable.