Si tienes un huerto urbano o simplemente te gusta la jardinería, seguro que este tema te interesa. Hoy vamos a hablar de las asociaciones de cultivos, un concepto muy interesante que te ayudará a sacar el máximo provecho de tus plantas. ¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo!

¿Qué son las asociaciones de cultivos?

Las asociaciones de cultivos son una forma inteligente y natural de aprovechar los recursos de un huerto. Se trata de combinar diferentes especies de plantas que se benefician mutuamente, ya sea protegiéndose de enfermedades o plagas, mejorando la calidad del suelo o ayudando a crecer unas a otras. Estos beneficios harán que tu tarea de cómo cuidar de tu huerto sea aún más efectiva.

Beneficios de las asociaciones de cultivos

Las asociaciones de cultivos no solo proveen beneficios para las plantas, sino también para el jardinero. Algunas de las ventajas son:

  • Ahorro de espacio: Combinando cultivos de diferentes tamaños y tiempos de crecimiento, puedes aprovechar al máximo cada metro cuadrado de tu huerto.
  • Aumento del rendimiento: Al emparejar plantas que se complementan, se puede lograr un rendimiento superior y una cosecha más abundante
  • Protección contra plagas: Algunas plantas desprenden olores que repele a ciertos insectos,protegiendo así a las plantas cercanas.
  • Mejora del suelo: Ciertas plantas, especialmente las leguminosas, tienen capacidad de fijar nitrógeno del aire y enriquecer el suelo.
  • Menos enfermedades: La diversificación de cultivos reduce la propagación de enfermedades.
  • Menos competencia: Algunas plantas compiten menos entre sí, permitiendo que cada una alcance su máximo potencial de crecimiento.

¿Qué plantas se llevan bien con cuál?

Es importante tener en cuenta la época de siembra del huerto para poder combinar las plantas correctamente. Aquí te dejamos algunos ejemplos de asociaciones de cultivos que funcionan muy bien.

Tomates y albahaca: los dos se llevan de maravilla. La albahaca repele algunas plagas que pueden afectar al tomate y, además, mejorar su sabor

Zanahorias y lechuga: ambas toleran la sombra, por lo que se pueden plantar juntas. La lechuga crece más rápido y puede ser recolectada antes de que la zanahoria necesite más espacio.

Maíz y Judías de enrame: el maíz sirve de soporte vertical para las judías, maximizando el espacio y facilitando la recolección.

Pimientos y Cebollas: la cebolla ayuda a repeler insectos dañinos para los pimientos y mejora su sabor.

Fresas y Ajos: los ajos actúan como repelente de plagas, protegiendo las fresas.

Lechuga y Rabanitos: los rabanitos ayudan a proteger las lechugas de ciertos insectos y, además, su rápido crecimiento permite aprovechar el espacio.

Perejil y Tomates: el perejil mejora el sabor de los tomates y contribuye a repeler algunas plagas.

Judías Verdes y Maíz: las judías trepan por el maíz, aprovechando la altura y maximizando el espacio.

Pepinos y Maíz: el maíz sirve de enrejado natural para los pepinos, maximizando el espacio y facilitando la cosecha.

Caléndulas y Tomates: las caléndulas atraen insectos beneficiosos, como mariquitas, que controlan las plagas en los tomates.

Fresas y Espárragos: las fresas proporcionan cobertura del suelo, beneficiando el crecimiento y desarrollo de los espárragos.

Girasoles y Calabacines: los girasoles atraen polinizadores y proporcionan sombra ligera a los calabacines.

Estos son solo algunos ejemplos de las múltiples combinaciones que existen. Te animamos a probar diferentes asociaciones y observar qué funciona mejor en tu huerto urbano.

Las asociaciones de cultivos son una excelente forma de maximizar el rendimiento de tu huerto, proteger tus plantas de una manera natural y eficiente y, además, disfrutar de una amplia diversidad de semillas en tu jardín. ¿A qué esperas para probarlo y comenzar a beneficiarte de todas estas ventajas? ¡Manos al huerto!