Las frutas tropicales son muy apreciadas por su gran variedad y sabores exóticos. Su cultivo se ha ido ampliando a otras regiones cálidas del mundo y hoy en día son muchas las especies que podemos cultivar en nuestras latitudes.

Los frutales de origen tropical se desarrollan en zonas que tengan un clima cálido y donde, sobre todo, no se produzcan intensas heladas. Además requieren de suelos con presencia de materia orgánica y unos niveles de riego relativamente altos que mantengan la humedad apropiada para su crecimiento.

En el Blog de Rocalba os vamos a enseñar a sembrar árboles frutales de origen tropical como la guayaba, la banana, la papaya y la uchuva. Son plantas que, además, tienen una gran belleza ornamental y que darán un toque exótico a tu huerto, jardín o terraza.

La guayaba (Psidium guajava)

Es un árbol ramificado que puede alcanzar hasta los 7 metros de altura. Es una especie que requiere de un sustrato o suelo con buena capacidad de drenaje, ya que es sensible al encharcamiento y también a las heladas.

La siembra de la guayaba hay que realizarla en primavera. Podemos plantarla directamente en el suelo, realizando un hoyo de unos 50 cm de profundidad y anchura para que pueda desarrollar sus raíces con mayor facilidad.

Las semillas de la guayaba son pequeñitas, y debemos colocarlas un pequeño montículo dentro del hoyo de plantación, el alrededor de media docena de semillas para, posteriormente, realizar un aclareo dejando la plántula más fortalecida.

Para que pueda germinar correctamente hay que regar con cuidado, hasta 3 veces por semana, manteniendo la humedad constante pero sin encharcamientos.

La banana

Es la fruta producida por la musa (Ensete ventricosum) que es una planta con grandes hojas de color verde brillante. Al igual que otras especies tropicales, no tolera las heladas fuertes y requiere de exposiciones soleadas para crecer.

Los niveles de riego deben ser altos, aunque no tanto como con la guayaba. Las semillas de la musa deben ser maceradas durante 2 o 3 días para favorecer la germinación cuando sean sembradas.

La siembra puede hacerse en el suelo o en un semillero, siempre y cuando tenga materia orgánica y una buena capacidad drenante. Si la cultivamos en el suelo debemos realizar un hoyo de plantación de 70 x 70 cm para facilitar que se desarrollen las raíces.

En este artículo del Blog de Rocalba puedes aprender consejos prácticos para realizar siembras en un semillero.

El papayo (Carica papaya)

Es una planta arborescente de hasta 3 metros de altura con hojas palmeadas de largo peciolo y de color verde oscuro.

Las plantas pueden ser hermafroditas o dioicas, con lo que tenemos que sembrar varias para asegurarnos de que van a darnos frutos.

Para sembrar el papayo hay que realizar un generoso hoyo de plantación de hasta 90 cm de profundidad. Sembrado en primavera, tras el paso del invierno, hay que evitar que el tallo quede enterrado cuando se desarrolle, ya que es muy susceptible a la pudrición.

La uchuva (Physallis peruviana)

Produce un fruto de color naranja muy sabroso y apreciado. Es una planta herbácea que alcanza hasta un metro de altura.

Al tratarse de una solanácea, se cultiva al igual que los tomates: en exposiciones a pleno sol, con suelos profundos y frescos, y con unos niveles de riego que permitan una humedad constante pero que no produzca asfixia radicular.

Para sembrar la uchuva tomaremos 2 o 3 semillas que colocaremos en un semillero hasta que se desarrollen las plántulas. La germinación puede durar de 2 a 3 semanas. Luego podemos trasplantar dichas plántulas al suelo, colocándolas separadas entre sí unos 40 cm.