Las superficies de césped son, por lo general, sensibles a las condiciones climatológicas y a las estaciones del año. Por esta razón, existen épocas del año más apropiadas para hacer determinadas tareas en el césped como el aireado, la resiembra o el escarificado.

El césped, como cualquier planta, necesita que sus raíces tengan contacto con el aire y agua para su correcto crecimiento, sin embargo, en los céspedes muy transitados o establecidos durante mucho tiempo, la tierra queda muy compactada dificultando la relación de aire-agua, necesaria para la respiración y alimentación de las raíces del césped, dando lugar a un césped débil.

Por ese motivo, es recomendado airear el césped, bastará con hacer unos cuantos agujeros en la tierra con una horquilla o un rodillo de púas. Si, además, el suelo es muy denso o arcilloso, podemos añadir arena al césped para favorecer la ventilación del suelo.

Escarificado

Cuando ya tenemos el césped establecido, puede que aparezcan calvas, e incluso en casos más graves, gran parte del césped amarille o se seque. Esto es debido por el cumulo de raíces, hojas secas, tallos e incluso malas hierbas o musgo debajo del césped, formando una capa llamada fieltro.

Debido a esta capa la tierra no es capaz de tener acceso al agua, nutrientes y aire que necesita el césped para crecer. Para ello hay que escarificar el césped. Para empezar, es necesario cortar el césped dejándolo muy bajo los días previos, para que el aire penetre lo más posible entre el pasto y las posibles malas hierbas se sequen. Para escarificar, puedes utilizar un rastrillo o un escarificador manual o eléctrico. Si el césped es denso necesitarás una pasada inicial para dar una segunda pasada con el corte más bajo. Repite tantas veces como sea necesario, bajando cada vez más las cuchillas hasta que hayas eliminado la capa de fieltro.

Resiembra

Una vez realizado el escarificado, aparecerá áreas donde es necesario recuperar la cobertura vegetal, llamadas comúnmente como calvas.

La resiembra del césped se realiza en épocas donde las temperaturas son moderadas, evitando los meses del verano o los meses más fríos del invierno, evitando por tanto temperaturas demasiado bajas o elevadas.

Por esta razón las épocas más adecuadas para realizar resiembras son la primavera y, sobre todo, el otoño.

Limpieza y preparación

Para poder realizar una resiembra de manera adecuada es necesario delimitar aquellas zonas en las que la densidad de césped no sea la deseada.

Una vez se ha limpiado la zona de césped a resembrar, es necesario preparar el suelo, con escarificador o con un aireador si la superficie es pequeña. Con esta acción romperemos la costra superficial generada por los riegos, pisadas y suciedad, facilitando la entrada de aire a la nueva superficie de césped. 

Antes de hacer la siembra, conviene preparar el área, para ello es necesario realizar un aporte de recebo, que es una mezcla de arena y mantillo orgánico, que mejora las condiciones del suelo y mantiene la humedad, facilitando la germinación de las semillas.

Resiembra de césped

Una vez preparada la superficie con el recebo se procede a realizar la resiembra. Esta se efectúa mediante el aporte homogéneo de semillas en cada metro cuadrado de la zona a resembrar. Para garantizar la correcta siembra conviene realizar varios pases cruzados.

La cantidad de semillas a aportar en cada metro cuadrado varía en función de las mezclas de césped. Por lo general se realizan aporte de entre 30 y 50 gramos de semillas por metro cuadrado. Una vez sembradas, se extiende una capa de recebo encima de las semillas de en torno a 0,5 cm de espesor y se compacta mediante un rulo compactador.

Tras la resiembra y compactado hay que regar de manera cuidadosa, evitando escorrentías que pudieran arrastrar las semillas y de manera constante, manteniendo la humedad pero evitando los encharcamientos.

Variedades de césped

La mezcla de semillas de césped a emplear dependerá de la ubicación y la climatología del lugar. Así hay mezclas diseñadas para zonas de sombra, otras para zonas soleadas.  También existen mezclas de semillas adaptadas al frío, así como las que se adaptan a las zonas calurosas y con menor disponibilidad de agua.

En cualquier caso, la mezcla a elegir dependerá de la superficie de césped existente, o de los usos que vaya a tener la zona a regenerar.

En Rocalba disponemos de mezclas de césped que se adaptan a cualquier tipo de jardín o zona. Desde variedades adaptadas a zonas de sombra a mezclas específicamente diseñadas para la resiembra. También disponemos de mezclas de rápido crecimiento, así como resistentes a la exposición en zonas de costa, o para céspedes en zonas complicada de difícil implantación. Consulta nuestro catálogo y elige la tuya!

Etiquetado en: