Ha llegado el otoño y nuestras flores bulbosas han comenzado a secarse con la llegada del frío. Ahora es el momento de recolectar y guardar para que cuando llegue la primavera podamos volver a disfrutar de dalias, tulipanes, gladiolos o ciclámenes en nuestro huerto o jardín.

Hoy, en el blog de Rocalba, vamos a enseñarte cómo recolectar y conservar los llamados ‘bulbos blandos’ para que puedas volver a plantarlos.

Bulbos blandos y bulbos resistentes

Los bulbos deben recolectarse y conservarse en un lugar seco y fuera del alcance de la luz solar. La razón es que estos bulbos podrían pudrirse si permanecen en el suelo ya que quedan expuestos al frío y la humedad. Con lo que será imposible sembrarlos la siguiente temporada.

La principal diferencia entre los bulbos blandos y los bulbos resistentes es que, estos últimos, requieren estar sometidos al frío invernal para que puedan germinar más adelante, por esta razón son resistentes y más fáciles de conservar. 

Tipos de bulbos

Los bulbos resistentes o de primavera son los que se corresponden a las plantas que se siembran en invierno y se recogen en primavera/verano.

Sin embargo, los bulbos blandos o de invierno requieren estar protegidos del frío y de la humedad y, por eso, hay que estar atentos al proceso de recolección para que estos no se pudran y conserven su capacidad de germinar.

Recolección de los bulbos

En primer lugar, para poder recolectar adecuadamente nuestros bulbos blandos, debemos dejar que se seque la planta. Durante el proceso de secado, la planta está transmitiendo nutrientes desde sus partes aéreas hasta los bulbos, con lo que estos aún están formándose.

Una vez se ha secado, cavamos alrededor de la planta para poder localizar los bulbos que están bajo tierra y los recolectamos cuidadosamente del suelo para no dañarlos.

Una vez recolectados debemos dejarlos secar para que puedan conservarse adecuadamente hasta la llegada de la primavera y la siembra. Para ello los colocaremos al sol, encima de un papel de periódico, para que pierdan toda la humedad. Así nos resultará más fácil limpiarlos y dejarlos listos para su conservación.

Limpieza y almacenamiento

Para limpiarlos adecuadamente podemos emplear un pequeño cepillo que no dañe el bulbo, y así eliminar los restos de tierra, raíces…que pudieran haberse quedado adheridos al bulbo.

Para almacenarlos podemos envolverlos en papel de periódico y guardarlos en una caja de madera o de cartón. De este modo se evitan acumulaciones de humedad y permite la aireación del bulbo con lo que se conservarán perfectamente hasta su siembra.

Bulbos de interior

Algunos bulbos pueden ser cultivados en interiores, como los tulipanes, los crocos o los jacintos. Son variedades que resisten el calor pero que necesitan de cierta cantidad de frío para crecer. También hemos de evitar que estén expuestos a fuente de calor y a cambios bruscos de temperatura.

Tulipanes (Tulipa)

Crocus/crocos (Crocus spp.)

Jacintos (Hyacinthus)

Estas variedades podremos cultivarlas en interior siempre y cuando reciban luminosidad y no cometamos exceso de riego que puedan pudrir sus raíces. Para ello los cultivaremos bastante juntos y evitaremos encharcamientos, dejando secar el sustrato cada vez.

En Rocalba disponemos de una gran variedad de bulbos de primavera y de otoño, con numerosas variedades donde elegir vuestros bulbos preferidos. Te animamos a descubrirlos y a cultivarlos, sin duda harán la delicia de tu huerto o jardín.